Marta Azparren – Processi 149
marta azparren, diario di fabbrica
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real academia de españa en roma
processi 149 | exposición final de los artistas e investigadores en residencia, promoción 2021/2022
Del 15 de septiembre al 27 de noviembre de 2022
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ficha técnica
A. Diario di fabbrica
2022
Vídeo sobre papel, B/N
2’ (en bucle)
Fragmento del vídeo original “Reggio Calabria” cedido por el AAMOD.
Proyecto audiovisual sobre la huella del trabajo de fábrica en la práctica artística. Un grupo de obreros asisten a la primera asamblea en una fábrica en Reggio Calabria en 1970. El plano secuencia desplegado en el espacio fotograma a fotograma, convierte la escena en un retrato de grupo en eterno presente
B. Diario di fabbrica
2022
Vídeo sobre Opus reticulatum, color
15’ 48’’
Sobre el muro opus reticulatum realizado con el gesto repetido de algún faber romano se superpone la coreografía del gesto de la mano de la artista colocando cada uno de los 2000 fotogramas del vídeo.
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diario di fabbrica, el proyecto
Diario di fabbrica es un proyecto audiovisual que investiga la huella del trabajo industrial en la actividad artística a partir del cruce de la mirada de Roberto Rossellini en la película Europa’ 51 con el pensamiento de Simone Weil en su descripción del trabajo fordista y en diálogo con el pensamiento contemporáneo sobre la precarización de la cultura.
Se trata de conectar el relato de la cadena de montaje fordista en los cuerpos periféricos y los espacios industriales, con el modo en que la industria cultural ha ocupado posteriormente esos espacios fabriles y los y las artistas han asumido la condición precaria y algunos de sus bucles. Las antiguas fábricas pasan a ser ocupadas por la institución cultural, y en su cadena de montaje del deseo, trabaja un espectador autosuficiente y un artista que ha tomado el relevo del obrero en la industria de la producción de imaginario.
Simone Weil creía que existían tres condiciones que hacían imposible el pensamiento en una fábrica: el ruido, la velocidad y la repetición. Estos tres obstáculos nos resuenan familiares a los nuevos habitantes de las antiguas fábricas, que vemos como se perpetúan antiguas dependencias, explotaciones del deseo y sumisiones, no tan ajenas (al menos en cadencia) a aquellas que conoció la pensadora.
El conjunto de registros, entrevistas y documentos que conforman Diario di fabbrica se piensa también como un archivo.
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sobre marta azparren
Santa Cruz de Tenerife, 1968. Artista visual. Se mueve entre el cine experimental, las artes vivas y el dibujo.
Licenciada en Bellas Artes por la UCM y máster en Estudios sobre cine y audiovisual contemporáneo por la UPF, su obra ha sido proyectada y premiada en numerosos festivales internacionales de cine y vídeo, exposiciones y ferias de arte.
Su trabajo propone una metareflexión sobre la actividad artística con especial atención a las conexiones entre el creador, el espectador, la obra de arte y la maquinaria interna de la mediación, la producción y la exhibición. La mirada se dirige además hacia lo no visual en lo visual, el hueco de lo ausente, lo descartado, lo que no sucede.
Ha dirigido también algunas piezas escénicas y colabora habitualmente con músicos y compañías de teatro y danza contemporáneas.
www.martaazparren.es
martazpa
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Más sobre el proyecto:
Diario di fabbrica es un proyecto audiovisual sobre la relación o la huella del trabajo de la fábrica en la práctica artística. El nombre lo tomo de un libro que escribió la filósofa Simone Weil que pasó un año trabajando en una cadena de montaje, ella, después de su experiencia escribe que hay tres condiciones que impiden poder pensar dentro de una fábrica, el ruido, la velocidad y la repetición. Mi investigación tiene que ver con la manera en que esas tres condiciones se mantienen en el trabajo contemporáneo en general y en el artístico en particular.
De entre todo el material que he revisado y grabado estos meses de estancia he seleccionado una pieza que parte de un documental de archivo sobre Reggio Calabria que es lo que podéis ver en la sala grande sobre el papel. Se trata de un plano secuencia que se grabó en una fábrica durante la primera asamblea que tuvo lugar después de la revuelta de Reggio Calabria en 1970. Un grupo de obreros escucha al representante sindical y la cámara va pasando por sus rostros uno a uno.
Mi intervención consiste en fijar y desplegar en el espacio cada uno de los fotogramas del plano secuencia, dejando la huella del movimiento de la cámara. El último fotograma que vemos desplazarse es el activo, el que veríamos en la pantalla de cine y el resto son las huellas de ese movimiento de la cámara y el trazo sería el del pulso de quien maneja la cámara.
Si como dice Pasolini el tiempo del plano secuencia es el presente el resultado podría ser un retrato del grupo de obreros en un presente eterno.
En el muro de enfrente al fondo, sobre el opus reticulatum, hecho con el trabajo repetitivo de un faber romano, se proyecta el gesto de mis manos sobre el ordenador manipulando y colocando los más de 2000 fotogramas del vídeo, una coreografía de gestos repetidos como una cadena de montaje, un montaje cinematográfico en este caso.