DIBUJOS PARA RENOVAR
EXPOSICIÓN EN LA ACADEMIA | 21.05.2024
DIBUJOS PARA RENOVAR
José Antonio Martínez Lapeña | Elías Torres Tur
Arquitectos
«Dibujar es una forma de escritura, muy propia de los arquitectos, para describir, explicar, comunicar, anticipar, proponer…
Dibujos: garabateados, escuetos, sintéticos, abigarrados, de prueba, con perspectivas tradicionales, vistosos para deslumbrar, con lápices de colores, con collages, con acuarela, con brochazos…
Dibujos sobre cualquier superficie; mano, suelo, pared, madera, papel, tela, ipad… y servirse de cualquier utensilio; dedos untados (en la pantalla del ipad, limpios), grafitos, carboncillos, pasteles, tizas, pinceles, plumas, rotuladores, espráis… que reflejados en un espejo o cabeza abajo, son otros.
Dibujos para poder, con un poco de instinto, atrapar pensamientos imprecisos para definir arquitecturas. En este proceso de descubrimiento, cargado de dudas, como un ovillo a desenredar, se van abriendo otras puertas a soluciones inesperadas y quizás más convincentes.
Dibujos que en el proceso de búsqueda y descubrimiento, ayudan a formular la pregunta que se deseaba plantear y que en un principio era casi una desconocida, aunque intuida.
Dibujos que al poderse manosear, emborronar, borrar, superponer a otros, están más abiertos a sugerencias no previstas; los dibujos más limpios y precisos acostumbran a ser menos tocables.
Dibujos exactos para la ejecución de una obra que con un poco de suerte y durante su construcción, pueden ser modificados al descubrir inesperados aspectos del entorno o dificultades excesivas en la ejecución o incluso por el comentario de alguien de fiar y con la distancia de su no implicación personal; para simplificar y mejorar.
Dibujos primerizos del proceso de una arquitectura ya construida que, al revisitarlos casualmente en el interior de una caja olvidada, sorprenden, porque a uno de ellos no se le había prestado atención y en cambio hubiera sido probablemente la semilla de la solución más adecuada.
Los dibujos son señales o guías en los tortuosos caminos de las aventuras del pensamiento, que quizás ayudan a hallar el alma de las arquitecturas por venir; hallazgos más que improbables.»
JAML&ETT
ELÍAS TORRES TUR (Eivissa, 1944), arquitecto, desde 1968 comparte su estudio profesional con el arquitecto José Antonio Martínez Lapeña. Su trabajo ha sido reconocido con numerosos premios, incluidos varios premios FAD, el RIBA International Fellowship, el Premio Nacional de Arquitectura del Gobierno de España, hasta los más recientes Premio Arquitectura Plus a la Trayectoria y la Medalla de Oro de la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares. Sus obras han sido objeto de publicaciones monográficas en revistas como Quaderns d’Arquitectura, GG Catálogos Arquitectura Contemporánea, El Croquis, así como en el volumen «José Antonio Martínez Lapeña/Elías Torres» y en revistas internacionales.
Desde 1969, Elías Torres es profesor en la ETSAB. En 1993 obtuvo el doctorado en arquitectura por la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). Fue arquitecto diocesano de Eivissa de 1973 a 1977 y profesor visitante en la Universidad de California Los Ángeles (UCLA) en 1977, 1981 y 1984, y en la Graduate School of Design de la Universidad de Harvard en 1989, 1995 y 2001.
JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ LAPEÑA (Tarragona, 1941) se licenció en la ETSAB en 1968. Desde 1983 ha impartido clases en la Escuela de Arquitectura del Vallés y desde 1998, en la Universidad Ramon Llull. Entre sus obras destacan: los Jardines de Villa Cecilia (Barcelona, 1986, Premio FAD), varios edificios de viviendas en la Villa Olímpica de Barcelona (1992, Premio FAD), el Museo de Arte de Kumamoto (1992), la Plaza de la Constitución en Gerona (1993), la Casa Rauchwerk (Nueva Orleans, 1993) o la explanada con placa fotovoltaica del Fórum Universal de las Culturas 2004 (premiada en la Bienal de Arquitectura de Venecia). También ha efectuado restauraciones en edificios históricos, como el Monasterio de Sant Pere de Rodes (1990) y el Castillo de Bellver, el Paseo de Ronda y el Baluarte de Ses Voltes en Palma de Mallorca (1993). Igualmente, entre 1987 y 1994 se encargó de la restauración de varios elementos del Parque Güell, la famosa obra gaudiniana. En 2016 recibió el Premio Nacional de Arquitectura.