Daniel de la Barra – Processi 149
DANIEL DE LA BARRA, ESTO NO ES UN PAISAJE: PINTURA DE VIAJE Y DIÁLOGOS DEL DESTIERRO
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REAL ACADEMIA DE ESPAÑA EN ROMA
PROCESSI 149 | mostra finale degli artisti e ricercatori residenti, stagione 2021/2022
Dal 15 settembre al 27 novembre 2022
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FICHA TÉCNICA
A.Vista a volo d’Aquila
2022
Video
5’ 46’’
Créditos:
Cámara y dron: Emmanuele Quartarone
Cámara 2: Raquele Roppini
Montaje: Marzia Izumi
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B. Esilio
2022
Óleo sobre lienzo
300 cm x 187 cm
Pintura realizada a partir de la excavación
C. La Conquista Della Terra
2022
Óleo sobre lino
184 cm x 147 cm
Basada en las portadas de la icónica y homónima revista fascista
D. Tormenta en Piediloco
2022
Óleo sobre lino
39,5 cm x 19,5 cm
Estudio de plein air
E. Amanecer a Piediloco
2022
Óleo sobre lino
32 cm x 16,5 cm
Estudio de plein air
F. Atardecer en Albano
2022
Óleo sobre lino
32 cm x 14,5 cm
Estudio de plein air
F. Playa de Castiglioncello
2022
Óleo sobre lino
30 cm x 19 cm
Estudio de plein air
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ESTO NO ES UN PAISAJE: PINTURA DE VIAJE Y DIÁLOGOS DEL DESTIERRO, il progetto
La obra de Daniel de la Barra nos habla de la crisis de la mirada colonial. Concretamente, de la crisis de la mirada hacia la naturaleza, de la representación del paisaje como proceso extractivo y de los puntos de fricción que existen entre imagen, historia y modernidad. Su trabajo multidisciplinario nos brinda la oportunidad de indagar en los conflictos coloniales que han relegado la naturaleza a un espacio subalterno de explotación y dominación y compone un ejercicio de contravisualidad que reflexiona, desde una perspectiva global, acerca de la representación del paisaje como proceso extractivo y ejercicio de poder.
El proyecto desarrollado durante la residencia en la Real Academia de España en Roma durante el año 2022 parte de diversas referencias a la pintura de paisaje de los artistas viajeros, específicamente de los pintores paisajistas que históricamente formaron parte del corpus de becados de la Academia. De entre éstos, destaca la figura de Nogué Massó, la cual investiga con la colaboración del historiador Joan Sendra. Obras como Castiglioncello, Lago de Albano o Piedilupo testimonian el paso de Massó por la institución y por el territorio. A través de esta búsqueda, de la Barra prueba un ejercicio de autosometimiento a las exigencias que tanto Massó como los demás pintores paisajistas tuvieron durante su estancia. Los dos estudios al natural, el cuadro de paisaje al óleo, los dos cuadros con figura y animal y el cuadro de gran composición “que entrañe un sentimiento o la expresión de una idea”, requeridos durante los tres años que abarcaba la beca, son revisitados ahora por de la Barra a través de múltiples formatos.
El proyecto performativo y pictórico Vista a volo d’aquila. Pittura di viaggio e dialoghi in esilio (2022) agrupa diversas piezas entre instalación, vídeo y pintura, concebidas a partir del contacto con algunas regiones Italianas de importancia para los paisajistas viajeros, como la Toscana o el Lazio. El Agro Pontino, zona de marisma de la provincia de Latina, Lazio, compone uno de los lugares centrales para entender la problemática de la aportación del imaginario de la pintura de paisaje a la matriz moderno-colonial. La región pontina arrastra una historia de conflictos territoriales que han sometido la naturaleza a un proceso de destierro permanente. Obras como Departure for the Hunt in the Pontine Mashes de Horace Vernet (1833) inspirada en el Romanticismo decimonónico o la serie de paisajes finiseculares Sunset on the Pontine Mashes y Laguna Pontina (1896) del catalán Enrique Serra y Auqué, de estética post-impresionista, nos muestran las zonas pantanosas a través de paisajes terribles y hostiles, atardeceres rojizos y agónicos. La nostálgica luz crepuscular de los atardeceres de Serra nos ofrece una naturaleza exuberante a la vez que remota y desoladora.
El imaginario tradicional de la pintura de paisaje centrado en la idea de lo inabarcable, adverso y peligroso tiene estrecha relación con los procesos modernos de colonización, saneamiento y ordenación del territorio. Como explica Misiani, «El paisaje artístico que atraía a los viajeros del pasado, se había visto sustituido por un paisaje social, en cuyo centro estaba la condición humana de los campesinos.» Las aspiraciones políticas, económicas, sociales e ideológicas de la modernidad italiana se proyectaron, como explica Snowden, en la creación de la provincia de Littoria paralelamente al proyecto de erradicación de la malaria. Pero si bien los orígenes de este proceso se encuentran en el Risorgimento italiano y en el proyecto de la Bonifica Integrale, el relato fundacional civilizatorio del Agro Pontino se sustenta, aún actualmente, en la Città di Fondazione fascista y en la Legge Mussolini de 1933.
El proyecto fascista y su propaganda contribuyó a la creación de una nueva identidad de “campesinos-colonos” fruto de la denominada “política de colonización interior” que, como sostiene Misiani, propició la creación de «[…] una estética social del paisaje que se inspiró en la pintura paisajística del siglo XVII y que introdujo en el espacio el realismo social.»
La apropiación intensiva de la tierra y los modelos extractivistas de explotación no solo tienen consecuencias directas sobre los ecosistemas, sino también sobre el tejido poblacional y su calidad de vida, trabajadores y trabajadoras rurales, campesinos, población indígena y contingentes de clases populares. En este sentido, las implicaciones de la transformación “totalitaria” de la tierra a través de este “realismo social paisajístico” no consiguió erradicar la malaria tal como había profesado y produjo, además, una pauperización de las condiciones de vida de los trabajadores desplazados ex profesopara tal empresa. La fundación fascista de Littoria, hito del proceso de “expansión imperial-colonial interior”, constituyó a su vez un preámbulo para las aspiraciones coloniales internacionales centradas en la invasión colonial de África Oriental. La matriz colonial de este modelo de desarrollo ad hoc atraviesa los actuales sistemas de producción y acumulación y, sobre todo, las condiciones de semi-esclavitud de los trabajadores migrantes racializados de las explotaciones agrícolas intensivas pontinas, jornaleros sin garantías laborales, mayormente personas sij, presas de las “agro-mafias”.
En este contexto, las cuatro pinturas a plen air, la instalación Esilio, la pintura La Conquista della Terra y el vídeo Vista a volo d’Aquila prueban trazar una crítica a la misma construcción del paisaje, sus imaginarios y el conflicto con el territorio. De la Barra interviene un campo de cultivo con ayuda de una máquina retroexcavadora extrayendo de la tierra la palabra “Esilio”. Debido a sus grandes dimensiones ésta sólo puede leerse completamente desde gran altura, como se dice tradicionalmente “a vista de águila”. La palabra Esilio entendida como “destierro” nos habla de la expulsión de un lugar o territorio determinado. El destierro nos remite a una lejanía y a una ausencia y, en el lenguaje ascético de reminiscencia dantesca, al mismo infierno donde las almas quedan excluidas del paraíso. La acción de extraer la tierra de su lugar de pertenencia nos remite al desplazamiento histórico del territorio de su propio paisaje y a la contradicción entre la sacralización de la memoria del paisaje pontino, desde el romanticismo hasta el fascismo, y los procesos extractivos de herencia fascista que dominan aún hoy el territorio.
Esta acción interpela también el imaginario fundacional fascista aún presente en la región, donde esculturas de águilas habitan el territorio y los hogares de los propietarios agrícolas. La pintura La conquista della terra se apropia de las portadas de la icónica y homónima revista fascista dando cuenta de las intersecciones radicales entre fascismo, modernidad, capitalismo y colonialidad que atraviesan este territorio y que reproducen globalmente la matriz colonial del poder y sus estructuras de explotación: de la naturaleza, de los y las trabajadoras del sur global, las jerarquías de clase, raza, género, la división del trabajo y la alienación.
Una de las formas fundamentales, y quizás la más importante, en que el arte puede contribuir a la acción colectiva es a través de su potencial de imaginación política. Partiendo de la idea del paisaje como producción cultural y como centro de fricción donde convergen las contradicciones del mundo moderno, la construcción de su imaginario y sus jerarquías de poder, este proyecto busca desarrollar una crítica a la violencia socioambiental de las zonas agroindustriales sud-europeas. Estas obras nos hablan, en definitiva, de las implicaciones globales de los modelos extractivos contemporáneos en las entrañas del propio occidente y de la descentralización de las jerarquías centro-periferia como reproducción del modelo extractivo-colonial en otros territorios. Sin duda, nos brinda un espacio privilegiado donde poner en entredicho las dinámicas y estructuras de poder que han relegado la naturaleza a un espacio subalterno de explotación y dominación, así como sus implicaciones materiales y humanas. Se trata de un ejercicio de disenso político y estético que propone otras formas de pensar y defender la vida y nuestro mundo en común mediante un ejercicio constante de imaginación política que, desde el arte, pueda combatir la crisis ambiental y el avance depredador del modelo extractivo contemporáneo.
Texto: Antonella Medici
Producción vídeo:
Cámara y dron: Emanuelle Quartarone
Cámara: Raquele Rappini
Montaje: Marzia Rumi
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Su DANIEL DE LA BARRA
Lima, Perú. 1992. Su investigación procura un despliegue horizontal de observaciones críticas que basa en un extenso trabajo documental y en la experiencia directa. Huyendo del punto de vista solitario, sigue líneas transversales que puedan, en una perspectiva estructural, poner de relieve las condiciones históricas de explotación del medio por parte de las estructuras de poder y el rol que asume el arte y la historia en esta operación.
Se mueve entre la pintura, la instalación y la intervención pública, centrando su trabajo en la re-construcción de narrativas históricas dentro de la imposición jerárquica de poderes de dominación.
En los últimos años ha realizado residencias artísticas en centros como La Escocesa, Piramidon Centre d’Art Contemporani, Homesession (Barcelona), La Fabrique (Lima, Perú) o The Nerdrum School (Suecia) y ha a recibido la Beca de investigación de La Escocesa en 2018 y 2019, El Premio d’Art Jove (Sala d’Art Jove) en 2019 y 2021 para realizar un proyecto conjunto con La Panera de LLeida y Lo Pati Centre d’Art.
Su trabajo ha sido expuesto recientemente en centros como El Castillo de Montjuic, mediante el Premio Creació y Museus, en Fabra i Coats, Arts Santa Mónica, El Centro de la Memoria El Born CCM, La Bienal de Amposta en Lo Pati Centre d’Art, la Sala d’Art Jove, Homesession o el Museo Central de Lima (Perú).
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