PROYECTO

Mi proyecto está inspirado en lo que vengo a llamar ‘un romance de ida y vuelta’ entre la influencia de la inmigración italiana en la construcción del tango y la posterior fascinación por éste en la Italia actual. El tango se edifica desde una auténtica eclosión de sinergias entre culturas que atraviesan su historia. La migración de italianos a Argentina durante casi cuatro décadas –fundamentalmente entre 1880 y 1914– fue una circunstancia clave en el proceso de consolidación del tango, gracias a la integración de artistas y músicos profesionales dentro de ese flujo migratorio. Muchos de esos músicos trasladaron a la partitura los tangos tradicionales con aportaciones personales y compusieron posteriormente su propia música desde este nuevo contexto vital. Podemos preguntarnos incluso ¿qué futuro habría tenido el tango sin la contribución del inmigrante italiano y de su forma de sentir la lejanía de su país, de su familia, de sus raíces? Una mirada rápida hacia los nombres de los directores de las más destacadas orquestas de tango nos da una idea inmediata de sus raíces: Carlos Di Sarli, Ricardo Tanturi, Julio de Caro, Aníbal Troilo, Alfredo de Ángelis,… por nombrar solo unos pocos.

Años después, cuando el tango celebra ya su éxito en toda Europa, mi reflexión se plantea de la siguiente manera: ¿por qué sentimos el tango como nuestro? ¿cuál es ese lugar al que nos devuelve, que provoca un sentimiento de pertenencia tan intenso? ¿en qué parte de la geografía mental se aloja? Con seguridad, cada uno encuentra en él aquello que le habla en primera persona.

En mi proyecto pretendo investigar e interpretar gráficamente algunas de las historias recurrentes en el tango, así como identificar historias de la actualidad. Con frecuencia, hablaré de esa ida y vuelta, ese ciclo en el que aquello que estuvo en lejos vuelve a nosotros, reforzado. Yo misma me alejo de mi origen para transformarme y crear.